lunes, 22 de enero de 2018

¿CONVIENE INVERTIR EN MANTENIMIENTO PREVENTIVO?





MANTENIMIENTO PREVENTIVO

Sin profundizar en detalles técnicos para profesionales podemos definir mantenimiento como la acción de conservar un bien en las condiciones originales que se las recibió. También se puede incluir en la definición pequeñas mejoras que se haga de acuerdo a los avances tecnológicos. Así el cambio de luminarias por tecnología led podría considerase como tarea propia de mantenimiento o conservación.


Es normal preguntarse cómo es posible que pese a contar con los grandes avances en diagnósticos de todo tipo, para medicina, materiales, edificios, barcos, vehículos y cualquier otra cosa, todavía haya cortes de suministro de luz, edificios donde las distribuidoras de gas cortan el suministro por no cumplir el reglamento, se inunden sótanos o avenidas con la lluvia, haya explosiones de calderas y un sinnúmero de accidentes por el estilo.

Uno de los factores es precisamente como se ve y se siente el mantenimiento. Sencillamente todo depende si se ve  un gasto o una inversión. 


En la primera visión, el aspecto monetario impone estos puntos de vista:

-Las cosas no se arreglan hasta que no den más, hasta que no se las pueda usar. Conceptos como “puedo ir tirando”, “mientras tanto zafo”, “más adelante veré” se justifican plenamente con tal de evitar una erogación. En cierta manera se piensa que las cosas son como seres vivos que se arreglan solos.

-El concepto de amortizar un bien, dado que después de x tiempo estará obsoleto, sencillamente se lo ve como impracticable. Se tiende a pensar que incluso algo se puede valorizar con sencillamente el paso del tiempo, concepto muy común en los poseedores de automóviles. Por lo tanto, se guardan cosas en desuso, en lugares totalmente inapropiados con tal de no deshacerse de las mismas, ya que sería como tierra dinero en la calle.

-No se destina prácticamente recursos al mantenimiento preventivo de un bien. De esta manera los presupuestos deben ser gratis, con lo cual lleva a prestar atención a personal que dice verdaderos disparates, con tal de presupuestar para convencer al cliente que acepte su propuesta.


Esta manera de pensar gradualmente está siendo desplazada porque embiste directamente con la Ley de Entropía, la cual afirma, que las cosas dejadas sin atención, sencillamente se degradan solas.

Los nuevos conceptos de mantenimiento enfocan en la prevención, no solo en la corrección. Se trata de actuar antes que el bien empeore, incluso predecir cuándo esto pudiera pasar, enfatizándose lo que se puede hacer de antemano para que el bien perdure.

Este concepto conlleva determinados principios como

-Se presupuesta al momento de adquirir el bien cuánto dinero y tiempo demandará conservarlo, de tal manera, de tener solamente bienes que se puedan conservar. Tras erradicar el concepto de comprar a crédito y luego se verá cómo se paga y se mantiene, ahora se presupuesta de antemano el costo en dinero y tiempo. Por eso, las cosas en desuso, se las ve como cosas que de mantenerlas, se paga alquiler, porque en algún lugar están que no se puede usar para otra cosa, y demanda tiempo y dinero aunque más no sea moverlas. Todo lo que está en desuso se vende, dona o se tira.

-El mantenimiento preventivo, tiene perfectamente claro que lo que más duele es estar sin el servicio necesario, y que es carísimo tener algo que no se necesita por más barato que lo ofrezcan. Si se clausura, por ejemplo el gas en un edificio, el mantenimiento preventivo calculará cuanto sale vivir sin gas por día, evaluará las quemaduras por calentar agua eléctricamente (una pava eléctrica no está diseñada para calentar agua para bañarse), las facturas médicas y sobre todo emocionales de los niños por no poderse higienizar apropiadamente.

-El mantenimiento preventivo, tiene una rutina de verificación de los bienes. Por ende en la verificación de servicios esenciales está dispuesto a abonar las mismas. Por ejemplo, no cambiaría las ruedas de un auto sin verificar tren delantero.

-Solamente se tienen los bienes que se estén en condiciones de mantener. Hay ciertos bienes con los cuales es dado impresionar a los vecinos, amigos y parientes. Pero el mantenimiento preventivo muestra claramente que peor es dar lástima teniendo algo en deficiente estado por darse un lujo.


 ¿El encargado de eficio es un gasto o mantiene la valuación de la propiedad?

Veamos un ejemplo de este cambio en el paradigma:

Una luminaria, a la cual se puede acceder solamente con el uso de una escalera y moviendo muebles,  consta de tres focos en la cual cada uno sale 100 pesos. Estos focos tienen un promedio de vida útil de 10.000 horas. Ahora bien, hay uno que dejó de iluminar, y los otros dos ya no iluminan como antes.

Si uno está atado al concepto tradicional antiguo, apreciará el costo de 100 pesos solamente. Si cambia los tres, pensará que son 300 pesos, mientras todavía dos pueden tirar. No vale la pena cambiar los tres.

Si uno ha asimilado los beneficios del mantenimiento preventivo dirá: los tres se han puesto originalmente en el mismo día, con lo cual a los otros le podrán quedar unas 500 horas de uso. Efectuará la división (500hs/10000hs ) x 100$ y concluirá que por ahorrarse 5 pesos no vale la pena cambiar un solo foco, sino los tres, considerando todo el movimiento de escalera y muebles. Aparte tiene buena luz, como corresponde.


Este tipo de mantenimiento envuelve otra forma de pensar, es una disciplina que es conveniente adquirir. Esta disciplina permitirá al usuario disfrutar plenamente de sus bienes