PLAN
DE INVERSION:
Por
fin tenemos una idea que podemos poner en marcha. Hemos hecho un presupuesto
económico y financiero. Con lo cual notamos que el Estado de Resultado puede
funcionar una vez que tengamos el negocio operativo. La gran pregunta a contestar
es entonces: ¿Cómo hacemos para determinar nuestra inversión inicial?
En
cierta manera es como la agricultura.
Disponemos de la semilla, sabemos el rendimiento de la misma, sabemos la
tierra que es necesaria, la cantidad de agua, la heliofanía del sol (el índice
de radiación solar), la humedad, altitud. Todo eso lo sabemos por haberlo
estudiado con precaución y detenimiento. Pero ahora llega el momento de manos a
la obra y desde el sembrado hasta la cosecha y venta pasa un tiempo en el cual
es necesario disponer una serie de recursos para que la cosecha no se
malogre. Lo mismo ocurre con una
empresa, desde que se empieza hasta que las cobranzas de las ventas
efectivamente comiencen a dar rentabilidad, esto es sencillamente ganancia para
el entrepreneur. Se recalca que es cobranza y no venta, ya que vender es
relativamente fácil, cobrar lo vendido es otra cosa mucho más difícil.
Va
a tener que transitarse por un tiempo lo que a veces se ha denominado el valle
de la muerte, o un desierto donde nuestra empresa dependerá exclusivamente de
los recursos iniciales invertidos o de alguna financiación externa, la cual
siempre habrá que indefectiblemente devolver, ya que el sistema tiene
mecanismos para expulsar a los que no pagan.
Estos
recursos los definiremos como Gastos de Inversión, los activos que necesitamos
para poner a funcionar el emprendimiento y luego afrontar el día a día hasta
los frutos, o sea la cobranza. La semilla tiene nutrientes que utiliza hasta
que pueda tener raíces y alimentarse por sí sola.
Se
necesitarán activos Tangibles, llamados así porque se pueden tocar. Son las
inversiones en bienes inmuebles, muebles, como maquinaria, edificios,
computadoras y así por el estilo.
También
necesitaremos activos Intangibles como patentes, marcas, inscripciones de
empresas, asesoramientos, capacitaciones, que aunque no se pueden tocar no por
ello son menos importantes. Recordemos que La Ley ampara a quienes han cumplido
con la misma (en la temática que se está tratando) y que los actos contrarios a
La Ley tienen nulidad absoluto.
Un
plan de Inversión tiene como mínimo estos cuatro pasos que han de tenerse en
cuenta:
11 Inversión Inicial: gastos en los
cuales se incurre para iniciar el emprendimiento.
22 Inversión en Bienes Tangibles: son las
inversiones en bienes muebles o inmuebles, susceptibles de ser valorados
necesarios para efectuar el emprendimiento, pero no son parte del proceso en sí
del emprendimiento.
33 Inversiones en Bienes Intangibles:
también son valorados económicamente, los cuales son imprescindibles para
alcanzar los objetivos del emprendimiento. Por ejemplo puede resultar muy
conveniente utilizar software legal, pago y de calidad.
44 Inversión en Capital De Trabajo: son
los recursos necesarios (casi en su totalidad dinero) para mantener la Compañía
en funcionamiento. Este es un tema crucial, ya que el emprendimiento puede
funcionar en teoría, pero sino se dispone de ese capital de trabajo, la
compañía se queda en el Valle de la Muerte. Es como tener semillas de calidad
pero luego no tener asegurado el riego.
Se impone entonces armar un plan que
incluya dentro de las limitaciones humanas, todos los costos que se deberá
afrontar y CUANDO, para asegurarse de disponer de los fondos en el momento
apropiado. Es común tarjetear y luego se verá cómo se paga. Esto es suicidio
empresarial.
Se deberá ser eficiente en
inventarios, seguimiento de cobranzas, obtención y fidelización de clientes,
uso prudente de recursos, negociador hábil al momento de comprar. (Con lo cual
habrá que ganarse una reputación que nos preceda).
Un ejemplo de negociación hábil es
cobrar a los 30 días y pagar a los 60. Pero es necesario darse a conocer
primero.
Se evaluarán las ayudas del Estado,
ONG. Se contratarán servicios a medida que se necesiten y los honorarios se
tratarán de ajustar a un porcentaje del monto de las cobranzas.
Es necesario tener en cuenta el costo
de la oportunidad, o sea la rentabilidad a la cual se está renunciando por no
invertir en otro proyecto. Ese costo de oportunidad lo tendrá en cuenta el
emprendedor y también el que financie. Dicho sencillamente, es que se hace con
el tiempo y los recursos de los cuales disponemos. ¿Se trabaja en relación de
dependencia o se arriesga emprendiendo? Algunos dirán: prefiero tener diplomas
cortos y cuentas con varios ceros, o diplomas largos y cuentas con pocos ceros.
Ser un hámster girando en una ruedita corporativa o ser un emprendedor subiendo
una roca en una montaña.
Hamster
“avanzando” en la ruedita.
Hombre
“subiendo” su proyecto
¿Cuál elegimos?
No hay una respuesta sencilla, cada
persona tendrá que tomar su propia decisión personal. Lo único que podemos
resaltar es que sea la decisión tomada, sea por ser propia o del núcleo
familiar y luego de tomada hacer lo mejor posible dentro del camino escogido.