¿COMO SOLUCIONAR EL CORTE PREVENTIVO DE GAS?
El corte del suministro de este fluido causa un montón
de perjuicios ya que nuestra vida moderna se ha estructurado a depender del gas
como fuente de energía. Por lo tanto su ausencia para el usuario que vive en
una ciudad es traumática.
Es perfectamente normal sentir ansiedad por este problema.
Lo primero aconsejable entonces es dedicar uno o dos
días a asimilar este tremendo golpe, tal vez descargando la ansiedad con
ejercicio físico, conversaciones con amigos o cualquier otra técnica que ayude
a descargar a tierra esta emoción de disgusto.
Luego debemos aceptar estos párrafos que transcribimos
del diario la razón, por más injusto que sea:
“Además de no haber información
disponible para los usuarios, tampoco hay articulación con otros servicios para
tratar de aliviar en algo la situación. Arreglárselas con artefactos eléctricos
implica boletas más caras y posibles multas por consumo excesivo. Los
frecuentes apagones tampoco ayudan. “Por suerte tengo horno eléctrico. Pero
ayer y hoy, ¡estuve sin luz!”, se queja Eugenia (43), que vive en Balvanera con
su marido y su hijo, y no tiene suministro desde el pasado 28 de octubre.
En esta situación, el hilo se corta por el lado del usuario, vulnerable e impotente ante la desinformación, la burocracia y la ineficiencia repartida en instancias varias. Quien sufre un corte de gas se enfrenta a un problema de tamaño desconocido: no sabe cuán grave es, cuánto durará y a quién recurrir para reclamar sobre quién.
Mientras tanto, las necesidades desatendidas, que no se resuelven hasta la restitución del servicio, se emparchan de forma individual, gracias a la solidaridad de privados que gentilmente ceden su ducha, prestan su horno, cocinan para otro. Ni siquiera se presta atención a casos de particular vulnerabilidad, como personas enfermas o mayores.
Los ciudadanos quedan así abandonados a su suerte, pierden independencia y se enfrentan a un drama sin por eso ser compensados de forma eficiente, sistemática ni colectiva. (http://www.larazon.com.ar/ciudad/Cortes-gas-largo-camino-reconexion_0_629400009.html, 1 Dic 2014).”
En esta situación, el hilo se corta por el lado del usuario, vulnerable e impotente ante la desinformación, la burocracia y la ineficiencia repartida en instancias varias. Quien sufre un corte de gas se enfrenta a un problema de tamaño desconocido: no sabe cuán grave es, cuánto durará y a quién recurrir para reclamar sobre quién.
Mientras tanto, las necesidades desatendidas, que no se resuelven hasta la restitución del servicio, se emparchan de forma individual, gracias a la solidaridad de privados que gentilmente ceden su ducha, prestan su horno, cocinan para otro. Ni siquiera se presta atención a casos de particular vulnerabilidad, como personas enfermas o mayores.
Los ciudadanos quedan así abandonados a su suerte, pierden independencia y se enfrentan a un drama sin por eso ser compensados de forma eficiente, sistemática ni colectiva. (http://www.larazon.com.ar/ciudad/Cortes-gas-largo-camino-reconexion_0_629400009.html, 1 Dic 2014).”
Caricatura que muestra crudamente nuestra situación de debilidad ante este problema.
En esta cita se muestra la cruda realidad que el
usuario es la parte débil de este problema. Pero como no somos árboles, podemos
movernos y caminar hacia la solución.
Primeramente es conveniente ver donde estamos parados.
¿Cuánto cuesta vivir sin gas? Convendría hacer los cálculos y tratar de
monetizar los inconvenientes de vivir sin dicho suministro. ¿Se podrá cocinar
con un microondas? ¿Cuánto consume una pava eléctrica, una hornalla eléctrica y
un horno eléctrico? ¿Cuánto cuesta instalar un termo eléctrico? Si caliento el
agua para la higiene con una pava o un calentador eléctrico sin termostato,
¿Cuál es el riesgo de una quemadura, especialmente si hay niños pequeños o
ancianos? ¿Está la instalación eléctrica preparada? ¿Vale la pena correr el
riesgo de derretir los cables?
¿Cuán seguro es este aparato?
Seguramente descubriremos que dicho costo es muy, muy
elevado. Tanto más habitantes vivan en la vivienda, y también aumentará en
proporción a la menor o mayor edad de los ocupantes. Imaginemos un diabético
que graduó mal el agua y se baña con la temperatura un poco excedida. El efecto
sobre la piel será muy dañino. Una enfermedad contagiosa que involucre lavar
con agua caliente la ropa del enfermo puede transformarse en una verdadera
dificultad estresante.
Luego es conveniente descargar el reglamento de la
instalación de gas de internet: http://www.enargas.gov.ar/MarcoLegal/Normas/Nag200/Index.php.
Mirarlo un poco, observarlo, pero por supuesto el
lector no será necesariamente técnico y lo podrá entender a cabalidad.
En este artículo recomendamos la contratación (no
meramente alguien que tire un presupuesto) de un profesional reconocido para
que evalué el estado de la instalación objetada (formulario 1022), efectué la
prueba de hermeticidad y desobstrucción, analice la ubicación de los
artefactos, la ventilación y demás y señale los puntos específicos del
reglamento que se están cumpliendo o es necesario adecuar. Insistimos con el
reglamento en mano, y por escrito puntualice lo que está bien y lo que es
necesario modificar. El compromiso debe ser con la verdad. Esto es ingeniería,
o está bien instalado o no. El Marco
Legal establece las condiciones mínimas, con que una falle toda la instalación es deficiente.
Profesional gasita comprobando hermeticidad y desobstrucción.
Una vez que tengamos el escrito de este profesional
podremos dilucidar que corresponde a la unidad, al consorcio, sabremos
dirigirnos al administrador del edificio, sabremos que es un COBE, cañería
interna, ventilación a los 4 vientos (explicaciones dadas en anteriores blogs).
Deicidamente sabremos si el gasista del consorcio está
‘inventado trabajos’ o si el administrador sabe resolver el problema.
La reparación traerá un número detrás, puede ser
elevado o no. Por eso habrá que compararlo con el número de vivir sin gas, con
la energía alternativa que es la electricidad (dicho sea de paso solamente
sirve para calefaccionar si tenemos un equipo de aire acondicionado
frio/calor).
En caso de vivir en una vivienda que no sea propiedad
horizontal, dependerá exclusivamente la reparación del usuario, que una vez en
su poder el informe técnico del matriculado podrá dedicarse sin prisa pero sin
pausa a conseguir presupuestos (no todas las reparaciones tienen que ser
efectuadas por un matriculado, a saber albañilería por ejemplo) y luego
conseguir un gasista matriculado que firme los formularios 3.4 y 3.5 (a veces
con 3.5 es suficiente). Recomendamos tener mucho cuidado con el que va a firmar
porque una vez iniciado el trámite es muy difícil cambiarlo.
En caso de vivir en propiedad horizontal, se depende de
un tercero: el consorcio. Aconsejamos la utilización del mismo matriculado para
resolver en bloque todas las reparaciones. Un consorcio puede sentirse
asfixiado por la finanzas al tener que encarar trabajos de envergadura. Habrá
que armarse de paciencia en las Asambleas. Y a veces puede ser necesario
recurrir a un abogado para que el que más grita no reciba atención
preferencial.
También es necesario añadir que el sistema legal no
siempre se cumple por la imperfección humana, que a veces busca atajos,
“reconocimientos de favores”, y que deben ser tenidos en cuenta a los fines de
lograr el objetivo de volver a tener el suministro de gas.
De esta manera sucinta se han hecho algunas
recomendaciones producto de la experiencia de varios colegas. Indudablemente quedan más puntos para
aclarar. Ante cualquier consulta no dude en escribirme a:
Muchas gracias.